27/03/2013

China: Dos casos ponen de manifiesto la importancia de las auditorías de fábrica.

A la hora de emprender negocios con las fábricas de China o de cualquier otro país, es necesario tener la seguridad de que el estado de la producción será el mejor. A pesar de existir normativas y leyes referentes a la calidad de los productos y a los materiales permitidos en su elaboración, es un hecho que en muchas ocasiones no se cumplen, provocando pérdidas económicas y lo que es más importante, un severo riesgo para la salud.

Por eso, es vital insistir en la importancia de contratar ciertos servicios, en especial, aquellos que integren inspecciones o auditorias a las fábricas con las que se pretenda negociar. Una auditoria de fábrica estudia en profundidad no solo el estado de las instalaciones y las condiciones laborales en una empresa, sino que también analiza y evalúa el estado de la producción.

Por desgracia, muchas veces, el prescindir de este tipo de servicios acaba saliendo bastante más caro. Recientemente existen dos casos en china que han servido para dar la voz de alarma en este asunto: los palillos tóxicos y los productos de belleza adulterados.

En los últimos años se ha hablado mucho del daño ecológico que supone la masiva utilización de palillos de madera desechables, tanto en China como en otros lugares de Asia donde son muy frecuentes. Para su fabricación se han de talar cantidades desorbitadas de árboles al año, lo que está acelerando la deforestación de los bosques a pasos agigantados. Pero ahora, surge otro problema. Se ha demostrado, casi por casualidad, que muchas fábricas de palillos utilizan para su elaboración materiales tóxicos y no permitidos por la ley, como el azufre, el sulfito de sodio y el peróxido de hidrógeno. Esto fue sacado a la luz por el actor Huang Bo, quien después de lavar los palillos advirtió un extraño color y olor que se desprendía de ellos, por lo que investigó y comprendió que era debido al azufre. A pesar de la normativa existente, muchas de las fábricas no están sometidas a ningún tipo de control real, por lo que es prácticamente imposible tener la seguridad de que ingredientes se utilizan.

Algo similar ocurre con los cosméticos, sobre todo con aquellos que se venden a domicilio por internet, en páginas como Taobao o Yumei. En muchas ocasiones, se falsifican productos como cremas y maquillajes de marcas de lujo (como Lancome o Dior), y se venden más baratas a los clientes. La estafa consiste en que esos cosméticos de rellenan en gran parte con otras sustancias y se diluyen, para ahorrar y aumentar su volumen.

A pesar de que las autoridades han mostrado su reiterada preocupación al respecto, en muchas ocasiones no es suficiente con la acción del gobierno. Es necesario que las empresas implicadas sean mucho más rigurosas con la calidad de sus productos y establezcan pactos entre ellas para que no se den estos fraudes. Pero si esto no es suficiente, la última palabra la tiene el cliente, quien ha de estar plenamente convencido de que la fábrica china donde se elabore la producción de su empresa es totalmente transparente. Para ello, nada mejor que dejarse guiar por los expertos, dejando en sus manos la puesta en marcha de una auditoria de fábrica en profundidad y de un control de calidad fiable. De esta manera, evitará cualquier imprevisto que pueda acabar no solo en pérdidas de beneficios, sino en otros problemas mucho mayores.

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