La ola de frío en China afecta al servicio de taxis.
China está viviendo uno de los inviernos más fríos y duros desde hace muchos años. Y las heladas y las bajas temperaturas no solo repercuten en el deterioro de las cosechas y en la subida de los precios de los alimentos. También afecta al funcionamiento del servicio de taxis en la mayoría de las ciudades del país.
Son ya muchos los ciudadanos que se han quejado por internet y otras vías de la dificultad que supone tomar un taxi para llegar al trabajo y a otros destinos. Y es que, debido a este frío, son muchos los taxistas que se niegan a recoger a nadie, ya que según ellos, no les sale rentable tener que esperar largos intervalos de tiempo atascados en una carretera. Dicen que las tarifas oficiales que cobran no son suficientes para cubrir los gastos en gasolina que les supone dejar el vehículo parado durante tanto tiempo. También se quejan de lo difícil que es para ellos conseguir la licencia necesaria para poder conducir su taxi, además de que esta requiere un pago excesivo, al que muchos de ellos no pueden hacer frente con sus escasos ingresos.
Por lo tanto, son muchos los taxistas que intentan eludir su cometido y esquivan a los clientes, que buscan desesperados algún coche libre que les acerque a su destino. Además, para evitar esta situación, las autoridades municipales tienen la obligación de poner una multa a aquellos que no cumplan con su trabajo. Por lo tanto, cada vez son más los conductores que se reúnen en aparcamientos alejados de los centros de la ciudad, donde no es tan fácil encontrarlos. Allí dejan pasar el tiempo mientras conversan, descansan, se echan un sueño…sin que sus servicios sean requeridos por ningún ciudadano. Podemos encontrar esta extraña situación en ciudades como Beijing o Xi’an, entre otras.
Otros taxistas han optado por aumentar sus precios e imponer tarifas extraordinarias a los usuarios de sus vehículos. Tarifas, en la mayoría de los casos, desorbitadas y prácticamente imposibles de pagar por el ciudadano medio. Aunque hay que tener en cuenta que ellos también tienen grandes dificultades para sacar a flote su negocio, ya que en muchas ocasiones han de pagar ellos todos los gastos del mantenimiento del taxi, además de comprarlo. Y las tasas que pagan por su utilización son también excesivas, por lo que es entendible la desmoralización que sufre todo este colectivo.
Todas estas dificultades han causado la aparición de un mercado negro que opera al margen de los taxis oficiales. Estos no pagan sus licencias, no tienen ningún tipo de control y ofrecen precios mucho más económicos a sus clientes, por lo que están empezando a ser elegidos por muchas personas. Esto ha provocado malestar en los taxistas oficiales, que están organizando cada vez más huelgas y protestas.
En definitiva, es necesario mejorar las condiciones de los taxistas para que la situación vuelva a la normalidad. Para ello, deberían relajarse las condiciones en las que los taxistas trabajan, y ofrecerles más facilidades para la obtención de licencias. Si no es así, finalmente el sector podría verse privatizado en su totalidad, aunque habrá que esperar a que pase algo de tiempo para ver como se resuelve este asunto.
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