Transformaciones urbanas y nuevos focos de riqueza en China.

En los últimos años China ha sido testigo de importantes cambios en la distribución de su territorio debido a la industrialización y a la modernización del país. Esto ha originado también una modificación de sus estructuras sociales, y cada vez son más las personas que se han trasladado a las grandes ciudades en busca de un empleo para ganarse la vida.

A pesar de que se ha hablado mucho de las grandes ciudades y de las suculentas oportunidades de inversión que estas ofrecen, existen muchas más regiones en el país además de estas “superciudades” que suponen una aportación fundamental a la economía nacional. En el transcurso de tiempo entre el año 2005 y la actualidad, la riqueza ha pasado de concentrarse en unas pocas ciudades a repartirse entre otros muchos focos. Se cree que en 2020 se producirá un espectacular crecimiento urbano y productivo en 550 ciudades del país, especialmente en la parte occidental de éste.

Las urbes chinas pueden dividirse en cuatro tipos según su tamaño, su número de habitantes, y su capacidad productiva y financiera.

En primer lugar encontramos las grandes ciudades, como pueden ser Shanghái o la capital Beijing, en cada una de las cuáles residen diez millones de habitantes. Estas son el mejor ejemplo de la transición urbana del país y en ellas se concentran los principales recursos y la fuerza laboral más numerosa. Se calcula que en el año 2015 ciudades como estas superarán en magnitud a otras como Londres o Los Ángeles. Además de Beijing y Shanghái también hay otras ocho ciudades en China con el mismo número de habitantes.

Después están las ciudades de los clústers, en las que la población vive en zonas residenciales agrupadas alrededor de los grandes complejos comerciales más importantes de China. Algunas de ellas son Chiangshu, Jiangyin, Suzhou, Wuxi y Zhangjiangang. La mayoría de habitantes de estas zonas son de clase media. También atraen a muchos consumidores y compradores de otras partes del país.

La tercera categoría corresponde a los centros especializados en industrias, que se crearon específicamente para situar las fábricas y los grandes complejos productivos, de diferentes sectores. Encontramos ejemplos en las ciudades de Yongzhoy, Chengdu, Lu´an, Xinxiang y Anyang.

Por último, los llamados pueblos horizonte, denominados así por tendencia a agruparse de forma dispersa en el territorio. Son pequeñas ciudades en vías de desarrollo o economías emergentes en busca de expansión y de nuevos mercados con quien negociar. En contrapartida, necesitan un mayor apoyo, pero en los últimos años se está registrando un importante crecimiento en estas localidades.

Si la población migrante continúa creciendo, las autoridades chinas tendrán que relajar su política de residencia o hukou, que no permitía a este sector beneficiarse de ayudas y retribuciones locales. De esta manera, estas familias podrán aumentar su nivel de vida y tendrán más recursos económicos con los que contribuirán al comercio local. Y esto ofrecerá mayores oportunidades a los inversores interesados en operar en China.

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